Aparentemente puede parecer un trozo de carne cruda (y realmente lo es), pero es mucho más que eso. Este producto, denominado filete tártaro, se ha convertido en un plato cada vez más consumido en nuestro país en los últimos años.
¿Qué es exactamente?
El steak tartar se elabora con carne de vacuno cortada en dados pequeños (concretamente la parte más tierna del solomillo, aunque también puede ser utilizado el lomo alto o el bajo), mostaza, alcaparras, cebolla, pimienta, sal, aceite, perejil y huevo. Estos ingredientes son imprescindibles para que el plato sea auténtico, aunque el aderezo de la carne puede ser al gusto del consumidor. Pudiendo macerarse con salsa de soja, wasabi… y todas las combinaciones posibles que se te ocurran.
La yema de huevo es otro ingrediente utilizado para la preparación, debido a que el producto final debe ser untuoso, por lo que el huevo le dará cremosidad al plato. Aunque no hay que olvidar que el ingrediente principal es la carne y debe ser la protagonista.
El solomillo, el lomo alto o bajo pueden ser encontrados en carnicerías especializadas de proximidad, lo importante es que no tengan grasa entreverada, sean tiernos y jugosos, ya que facilitará su consumo. Por lo que recomendamos acudir a un lugar de confianza para adquirir el producto.
¿Es peligroso su consumo?
Seguro que cuando lo has visto ha salido de tu boca un: “Eso no tiene que ser bueno”. Pero, tranquilo, el alimento no es peligroso en sí, a pesar de que muchas personas decidan no probarlo por los riesgos que han oído que supone comer carne que no ha sido cocinada. Muy lejos de la realidad, un steak tartar no es peligroso, siempre que se respeten las medidas higiénico-sanitarias para no ocasionar ningún problema de salud al consumidor.
Todos los alimentos crudos están expuestos a la contaminación de parásitos o bacterias. Por ello, para poder ingerirlos se deben seguir una serie de
precauciones, tanto en el establecimiento que lo comercializa, como durante el transporte del mismo. También, posteriormente en nuestras casas o en el restaurante, donde lo vayamos a consumir. Por otra parte, los productos deben ser frescos y de máxima calidad, además de respetar la higiene de manos y utensilios que se vayan a utilizar durante la preparación.
Consejos
- El momento ideal para degustar este plato es en verano, debido a que su sabor refrescante aliviará el calor de las altas temperaturas.
- Recordad que conviene trabajar la carne en frío, por lo que, si se hace en verano, lo ideal es utilizar un bol con hielo sobre el que poner el recipiente que usaremos para preparar el tartar, ya que, de esta manera, el producto se conservará en perfecto estado y no se romperá la cadena de frío.
- Otro punto importante a tener en cuenta es el estado de la yema del huevo. Esta debe ser fresca y cuidar que esté a temperatura ambiente el tiempo imprescindible hasta su mezcla o emplatado con el resto de ingredientes.
- A la hora de emplatar no se aplastará la carne, se colocará cuidadosamente con una cuchara, debido a que no queremos que sea una masa. Posteriormente se hará un pequeño hueco para colocar la yema sobre el producto, siendo esta el toque final de este magnífico plato.