Una carne muy demandada y socorrida es la de pollo, por todas sus propiedades, versatilidad y rico sabor. Pero, ¿tienes claro en qué debes fijarte a la hora de ir a comprar este producto? Te damos las claves a tener en cuenta cuando vayas a comprar este gran producto, ¡toma nota!
EXTERIOR: El pollo debe tener un aspecto terso, brillante, y sin moco o baba en su superficie. El color de la carne viene reflejado tanto por la raza del animal como por su alimentación, siendo más amarillenta en animales alimentados a base de maíz (o con concentrados elaborados con maíz) y pastos y más blanquecina en animales criados con pienso de cereales. La carne de pollo debe presentarse con poca grasa exterior, aunque depende del corte (los muslos siempre tendrán más contenido en grasa que la pechuga, por ejemplo). Esta grasa, siempre suele ser de color claro, y con poco grosor.
Además, no deben ser visibles coágulos de sangre demasiado grandes ni manchas verdosas en la musculatura. Estas manchas verdosas se forman cuando el animal realiza un aleteo rápido antes del sacrificio y son imposibles de detectar en la pieza cuando está completa. El pollero suele descubrirlo y retirarlo al realizar el despiece, pero no tiene ningún riesgo para el consumidor.
PRECIO: el pollo es conocido por ser una de las fuentes de proteínas más asequibles del mercado, por lo que el precio no suele ser un problema a la hora de adquirir sus distintos cortes. Aun así, hay establecimientos de calidad, como el comercio cárnico, en los que por un importe ligeramente superior nos aseguran un estándar de calidad en sus productos, por lo que merece la pena realizar ese gasto extra. Sucede lo mismo con el pollo ecológico o con el pollo de corral, siempre resultarán más caros.
ETIQUETADO: es obligatorio en derivados cárnicos envasados antes de la venta. Sirve para informar de los ingredientes que componen el producto y también de si contiene algún tipo de alérgeno, entre otra información obligatoria.
Siempre debemos asegurarnos de que el etiquetado queda expuesto en el envase que llevamos a casa o en un cartel informativo colocado en el mostrador. También es fundamental el etiquetado cuando adquirimos carnes amparadas en marcas de calidad como denominaciones de origen protegidas (Por ejemplo, Capón del Prat), indicaciones geográficas protegidas (Como el Capón de Villalba) o especialidades tradicionales garantizadas. Igualmente sucede con el pollo ecológico, debemos cerciorarnos de que está certificado como tal.